- 22 de septiembre de 2014
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"No tendrán volante, acelerador ni pedal de freno... porque no los necesitarán. Nuestro software y nuestros sensores harán todo el trabajo". Así es como Chris Urmson, director del proyecto de coches autoconducidos de Google, describe los futuros coches autoconducidos. Si hasta ahora el gigante de Mountain View se había limitado a dotar de sensores a varios híbridos de Toyota y Lexus, esta vez va más allá, hasta el punto de diseñar -desde cero- el aspecto y la funcionalidad de los coches del mañana. El objetivo a largo plazo es ambicioso: construir coches en los que simplemente se seleccione un destino y se siente en el asiento mientras el coche "conduce", como si fuera un taxi sin conductor. Un proyecto que abre nuevas perspectivas en materia de movilidad, ya que se dirige también a las personas sin carnet de conducir, a los ancianos y a los invidentes, así como a la superación de los riesgos de la conducción en estado de cansancio o de embriaguez.
Los primeros prototipos de coche de Google tienen una línea muy sencilla, casi de dibujos animados, pero por ahora el diseño importa poco, ya que son vehículos experimentales que deben permitir, en primer lugar, probar la tecnología en la carretera y recoger información. El equipamiento es esencial: dos asientos con cinturones de seguridad, mucho espacio para el equipaje, un botón de encendido y una pantalla que muestra la ruta. Nada más, aparte de los sensores externos, que según Google podrán vigilar el espacio que rodea al coche, sin puntos ciegos, y detectar obstáculos "a una distancia de dos campos de fútbol" (es decir, a más de 200 metros). Por razones de seguridad, la velocidad de los coches experimentales se limitará inicialmente a 40 km/h.
Para los que piensen que esto es pura ciencia ficción, Google deja entrever que se está preparando para construir un centenar de prototipos: "A partir de finales de verano, nuestros pilotos comenzarán a probar algunos ejemplos con controles manuales. Si todo va bien, nos gustaría desarrollar un pequeño proyecto piloto aquí en California en un par de años. Aprenderemos mucho de esta experiencia y, si la tecnología se desarrolla como esperamos, trabajaremos con algunos socios para llevarla al mundo real. Es seguro que los fabricantes de automóviles no tardarán en presentarse.